Cuando apenas escuché estas obras, y después de dejarme llevar por sus sensaciones generadas, no podía no compartir y exponer esto cual nene con juguete nuevo.
Los tríos elegíacos compuestos por Rachmaninov a temprana edad son, el primero un (posible) homenaje a su mentor Tchaikovsky (mantiene una similitud con su Trio en A Menor), mientras que el segundo, posterior a la muerte de su amigo, es ya sí un verdadero trabajo elegíaco dedicado a él.
Más allá de todo el trasfondo personal, más que resumido acá, que fue la inspiración de Sergei, lo más interesante es obviamente la música. Remarcar la intensidad de la pasión, la angustia, la fragilidad y la violencia, y lo funesto de estos trabajos es lo mínimo que se puede hacer, aunque un análisis es convenientemente más meritorio y recomendable, como este por ejemplo.
Por último, no puede pasarse por alto la interpretación hecha por el virtuoso Trío Borodin, que cuasi perfectamente capta la esencia del compositor y la obra.